domingo, 18 de septiembre de 2016

Como desprestigiar a la Iglesia y los masones a la vez: LEO TAXIL

Buenas a todos.

¡Qué pena! Las vacaciones han acabado y ya estamos de regreso al cole (en mi caso, al trabajo). Pero no todo es malo, vuelvo al mundo del blog, al mundo de la búsqueda del libro que me excite la curiosidad.

He terminado un poco saturado de novelas (Walter Scott se ha convertido en un compañero de vacaciones), y he pensado que debía variar un poco, quizá aprender cosas de nuestra historia, y que mejor que informarme sobre uno de esos grupos al que siempre se hace mención en multitud de documentales: los masones. ¿Institución, secta...?  

Cotilleando por internet, me decanté por un ejemplar muy sugerente: "Misterios de la Franc-masonería", por un tal Leo Taxil, edición de 1887, alrededor de 300€. "Antes de comprar, investigaré un poco", me dije, porque... ¿quién era ese tal Taxil?



Con las cosas que he encontrado, no entiendo como nadie no ha podido rodar una película, porque el argumento es apasionante. Os cuento:


Léo Taxil era un joven anticatólico (de hecho había escrito y publicado varios libros contra la iglesia) que deseaba formar parte de la orden de los masones. Lo logró en 1881, pero su paso fue efímero, ya que sólo diez meses después de su ingreso, fue acusado de plagio y expulsado, algo que obviamente no le gustó.


Tras la publicación de la encíclica Humanum genus por el Papa León XIII en 1884, en la que afirmaba que "el reino de Satanás estaba bajo la guía y el auxilio de la masonería", Taxil vio una oportunidad excelente para ridiculizar a la Iglesia católica, y a la vez vengarse de la masonería por su expulsión.

En 1885, Taxil fingió convertirse al catolicismo, mientras, en secreto, inventaba una orden masónica satánica de nombre Palladium, cuyo objetivo principal sería dominar el mundo (poca cosa). El objetivo de Taxil era denunciar tal orden, revelando los secretos y acciones de la sociedad.

Continuó acusando a la masonería, en este caso de ser una secta satánica que dedicaba su culto a Bafomet, y para hacerlo todo más creíble, mezcló elementos masónicos verdaderos y otros de su invención. Además, Taxil escribió varios libros exponiendo estas tesis (el libro por el que me interesé) en la que incluía supuestos testimonios que afirmaban la vinculación entre masonería y satanismo. En unas de estas obras, Taxil introdujo un nuevo personaje, Diana Vaugham, supuesta descendiente del alquimista Thomas Vaughan, de la secta de los rosacruces. El libro contenía historias ¡sobre supuestas reuniones que mantenía con diablos rojos! (Se me ocurren chistes sobre el Manchester United, pero hoy no toca fútbol)

Con todo esto, los católicos, con León XIII a la cabeza, se declararon admiradores de su obra, y éste último le pidió que escribiese más libros, siendo financiados por el mismo Papa. Vieron en Taxil el arma perfecta contra la masonería. Taxil continuó publicando libros y artículos contra los masones, provocando un daño terrible a la orden.

Culto a Bafomet
Leo continuó con su farsa hasta el 19 de abril de 1897, en una conferencia de prensa. Como todo un caballero, agradeció a quienes le habían ayudado a divulgar sus conocimientos; después, como quien no quiere las cosas, declaró que tanto Diana Vaughan, como Baphomet, El Palladium y tantas cosas más, iban a morir esa misma noche, pues él mismo las había inventado y ya no seguía el juego.
Confesó que sus revelaciones sobre los masones eran ficticias y agradeció al clero por su contribución al darle propaganda y fondos para sus publicaciones.

Imaginad el escándalo. La policía se vio obligada a intervenir para proteger al autor. Taxil había logrado difamar a los masones y ridiculizar a la Iglesia católica a la vez. Esto provocó la más grande de las cóleras en aquel mismo acto teniendo que abandonar el edificio por la puerta trasera. Tras aquella confesión, Taxil abandonó la vida pública. Falleció el 31 de marzo de 1907.

La historia es de coña, y si quisiera hacer un resumen sobre lo que a mi me interesó desde el principio, este sería: el libro es FALSO, es un conglomerado de pantomimas satánicas y de gente que no existió. Quizá como amante de la historia, su obra tendría valor, pero yo busco conocimiento, y ese libro, no lo aporta, al menos en el tema de la masonería, porque lo que es como anécdota histórica, he dado con una.

Y de las buenas.

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